jueves, 28 de agosto de 2008

Polémica por la beatificación de un cardenal presuntamente gay


En noviembre será proclamado beato el cardenal John Henry Newman y para ello deben sacarlo de la tumba en la que lleva 100 años enterrado junto a su compañero Ambrose St. John, con quien quiso ser enterrado por la "especial" relación que mantenían. Newman es considerado como uno de los mayores teólogos cristianos de los últimos dos siglos. Nacido en 1.801, adquirió notoriedad dentro de la religión anglicana hasta que a los 44 se convirtió al cristianismo. En 1.875 murió su gran amigo, el reverendo Ambrose St. John, provocándole su pérdida tal dolor que lo comparó con el dolor que siente "el marido por su mujer, y la mujer por su marido". Posteriormente, en 1.879 el Papa León XIII le ordenó cardenal por sus méritos en el campo de las reflexiones teológicas. Poco antes de morir en 1.891, Newman insistió por escrito en lo que ya había dicho más de una vez: quería ser enterrado junto a su amigo el reverendo St. John ("deseo con todo mi corazón ser sepultado en la tumba de Ambrose St. John y doy esta como mi última e imperativa voluntad"). Y así se hizo: durante más de 100 años ambos han estado enterrados juntos en un pequeño cementerio de Rednal Hill, en Birmingham.
La polémica surge cuando, tras años de examinar su vida, virtudes y reputación, y después de atribuírsele un milagro, se plantea su beatificación. Esto trae como consecuencia que la iglesia quiere trasladar el cadaver de Newman a un sarcófago de mármol ubicado en el Oratorio San Filippo Neri de Birmingham tan pronto sea beatificado, con la intención de que pueda ser venerado. El gobierno británico ya ha autorizado el traslado de los restos.Distintos activistas gays británicos ya han calificado el traslado como "vandalismo moral digno de los violadores de tumbas", y afirman que el traslado tiene como finalidad encubrir que el cardenal amaba a otro hombre.Ciertamente, no está demostrado, ni se podrá saber nunca, que ambos religiosos tuvieran una relación homosexual, ya fuera puramente sentimental o incluso en el plano sexual. Aunque las declaraciones del propio Newman así lo dan a entender aún en el contexto de la época, desde la iglesia se afirma que eran muy comunes en el periodo victoriano las relaciones intensas y apasionadas (pero castas) entre gente de cultura. El caso es que es cierto que muchas personas de cultura tenían profundos lazos aparentemente castos con personas de su mismo sexo. Entre ellos estarían personajes conocidos como Oscar Wilde o Alan Turing, quienes fueron severamente condenados cuando dejaron de simular la supuesta castidad de sus relaciones con otros hombres.Paradójicamente, ese desmentido de la iglesia tampoco niega la posibilidad de que los dos religiosos fueran homosexuales, ya que no es necesario tener relaciones sexuales para ser homosexual. Muchos de nosotros, antes de tener nuestra primera relación sexual, ya sabíamos que éramos homosexuales. De igual manera, en la iglesia católica los sacerdotes son heterosexuales (básicamente porque se expulsa a quien no lo es) pese a que no pueden tener relaciones sexuales. La confusión se produce, lógicamente, cuando la aclaración la hace una iglesia que confunde homosexualidad con lo puramente sexual, que no condena amar, sino hacer el amor. Lo que vienen a decir (es una interpretación) es que da igual que Newman fuera homosexual o amara a otro hombre, lo importante es que no hay constancia de que hubiera relaciones sexuales entre ellos.

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