Sólo diez de los 10.500 deportistas olímpicos reconocen abiertamente su homosexualidad

Nueve de los diez atletas son lesbianas, mientras que solo uno es un hombre, en concreto el saltador australiano Matthew Mitcham

''Outsports.com'' encuentra decepcionante la poca cantidad de atletas que "han salido del armario", teniendo en cuenta los esfuerzos para normalizar la situación de jugadoras de tenis como Martina Navratilova o Amelie Mauresmo.
El presidente de la compañía de marketing Portnoy Group, Eli Portnoy, asegura que reconocer su homosexualidad puede ser contraproducente en la carrera de un deportista, citando el caso del saltador y campeón olímpico estadounidense Greg Louganis, menos aceptado y con peor rendimiento desde que dio a conocer su orientación sexual, señala.
Sin embargo, el australiano Mitcham no entiende que su homosexualidad influya en su carrera deportiva. "Todo el mundo piensa que es algo especial que la homosexualidad y el deporte de élite vayan juntos", explica.
La web cree que algunos deportistas encubren su sexualidad para evitar ser motivo de escarnio en la Villa Olímpica. "La gran mayoría tienen menos de 30 años y no son de élite, así que tienen que luchar para evitar bromas por su sexualidad. Es más fácil esconderse y dejar el asunto como algo privado", asegura.