jueves, 11 de octubre de 2007

Una Reflexion


Despues de unos dias de pensarlo, pienso que mucho se ha estigmatizado en la sociedad contemporánea a la homosexualidad. A principios de siglo todavía se percibían las parafilias como un fenómeno “perverso”. Desde la revolución de la sexualidad que provocó las ideas de Freud, se ha venido difuminando poco a poco esta problemática que rodea a la homesexualidad y la cataloga como un tendencia patológica de la sexualidad. A pesar de nuestro desconocimiento del término “perverso”, tanto como su significado atribuible que se le otorgaba a esta palabra, la historia de la sexualidad ha ido cambiando y evolucionando desde los egipcios, griegos, romanos y en la actualidad. Gayou (1997) hace hincapié en que la Iglesia ha intentado suprimir esta expresión sexual al considerarla pecaminosa y merecedora de castigo, aún los legisladores en algunos países la han juzgado como delito perseguible. En mi punto de vista, creo que todavía se constituye como un fenómeno social muy fuerte y que manifiesta las “preferencias” y no tanto “tendencias” como en la actualidad se utilizaba, en la que el hombre o la mujer puede optar. Marmor y Green (1978) la definen como una fuerte atracción preferencial hacia las personas del mismo sexo”. Dentro de un continuo, podemos evaluar que la sexualidad del ser humano es recorrida a través de una línea continua.

En realidad no somos totalmente heterosexuales ni totalmente homosexuales. Esto es debido a que en el hombre, muchos rasgos recorren este límite hacia lo homosexual, ya que prefieren lo femenino, como no usar barba, usar arete, pintase el cabello; mientras que las mujeres tienden más a lo masculino en situaciones como usar pantalón, hacer ejercicio para hombres, levantar pesas, etc. Tal y como se puede apreciar en las distintas profesiones en la sociedad mexicana, la sexualidad es un continuo, más que una serie de características culturales, sociales, genéticas que influyen en el desarrollo del hombre y de la mujer en la sociedad actual. Es importante reconocer que la homosexualidad se constituye como una realidad social, ya que a pesar de ser probablemente desencadenada por la feminización o exceso de hormonas femeninas en las primeras semanas de gestación, de la región Xq28 del cromosoma X o de los postulados de Freud acerca de la posesividad de la madre y la ambivalencia y periferia del padre, ninguno de estos factores es determinante en la preferencia que se dará a luz en la adolescencia. Desde muchas perspectivas sociales, se ha castigado a la homosexualidad, ya que son producto de factores de riesgo para la sociedad.

Así como se pudo visualizar al incesto como un factor determinante de las mutaciones a nivel genético de la sociedad, se prohibió tanto así como la homosexualidad. Resulta interesante recordar como también el acto castigador al homosexual es algo bíblico, en donde está explícito que no se le dará entrada al reino de los cielos. Los aztecas lo prohibieron, ya que la visualizaban como una enfermedad. En muchas culturas se ha permitido abiertamente la homosexualidad, como en Grecia, ya que su práctica era consuetudinaria. En la vida actual creo su práctica se ve permeado por el pensamiento colonial, en donde es severamente castigado por la Iglesia y en donde el estigma social hace que en México todavía se tenga dificultades para poder expresar las preferencias sexuales, que no constituyen una aberración sino una manifestación de una sociedad que está evolucionando y aceptando a sus integrantes, en lugar de rechazarlos.

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