domingo, 11 de noviembre de 2007

Alberto de Mónaco crea la primera dinastía gay en el primer Estado multicolor


El Príncipe Alberto II de Mónaco ha tomado una decisión sin precedentes en la Historia de los Estados, resolviendo crear unas leyes que lleven al pequeño Estado Mediterráneo a ser el primer Estado multicolor. Así, llevará la bandera del arco iris a lo más alto de las astas monegascas y dará la buena nueva a sus súbditos de la llegada de su futuro sucesor: un pigmeo del África.La noticia ha regocijado la familia real monegasca y ha tranquilizado a grandes personalidades como Jaime Peñafiel y Felipe de Borbón, puesto que la situación novedosa de un Jefe de Estado gay no se había tratado con la importancia que se merece desde tiempos de Ramsés II.Alberto de Mónaco ha tomado las riendas de su país y se ha rodeado de expertos juristas para resolver la situación subyacente desde que muriese Rainiero: que Mónaco pudiese volver a ser francés en el momento en que no tuviese sucesor. Lejos de dar oportunidad a los compañeros francos de apropiarse del reino del lujo y las apuestas absurdas, Alberto, junto con sus asesores, ha llegado a la conclusión de que lo mejor es salir del armario pues, según él “dentro se huele a polilla y a formol… como mi padre, que en paz descanse”.Por ello ha declarado que se casará con Federic Robaampla, un comerciante mallorquín de Soller con el que todavía no ha tenido conocimiento humano. “Así es más cómodo y más de acuerdo con la idiosincrasia de nuestra corona. Mi padre ya lo hizo con mi madre”. Asimismo ha empezado la búsqueda del futuro sucesor de la corona en tierras del Serengueti.
Mariano Rajoy ya ha avisado que insistirá en convertirse en Reina del nuevo Principado del Arcoiris.
Según han averiguado fuentes de MundoCruel.com, el príncipe monegasco busca un heredero negro y pigmeo “para estar a la altura de los actos de mi hermana Estefanía, que siempre ha estado en el candelero y buenos dividendos ha aportado a la familia y al Estado”.El futuro heredero se llamará Baltasar I de Mónaco y “traerá al principado una nueva época de esplendor, donde todos los padres querrán venir a apostar, todos los
gays a ligar y los niños a recibir regalos de su rey”. La condición de rey mago le vendrá dada por su tutor, Juan Tamariz, y el camello se lo regalará Estefanía muy gustosamente gracias a la facilidad que tiene de conseguir semejante animal después de ser domadora de circo.El revuelo internacional ha sido interesante y diverso, destacando la opinión de Rodríguez Zapatero, que considera “un acto de talante democrático” la idea del príncipe monegasco y la de Bush, que considera que “si mi padre se hubiera hecho gay antes, yo no estaría aquí, por cierto”. Rajoy está disgustado por no ser elegida y el pobre señor de Soller ha acudido a la farmacia a comprar hemoal “por si la tiene gorda, más que nada”.

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