LOS HIJRAS
En la India, existe desde hace mucho tiempo un grupo religioso de hombres castrados que visten y se comportan como mujeres: son Los Hijras. Estos hombres adoran a la diosa Bachuhara Mata, algunos creerán que es una corriente del chamanismo o tal vez otra forma del transgènero. Los Hijras se castran voluntariamente, antes lo hacían con cuchillo y sin anestesia lo cual provocaba la muerte de uno de cada 10. A pesar de que la legislación Hindú prohíbe la castración desde 1860, todavía en algunas clínicas es común que se practique.
El origen divino de los hijras viene de una leyenda de hace mas de 20 mil años en que Krishna al oír un soldado moribundo que se lamentaba de morir soltero, se transformó en doncella y es por eso que los Hijras cada año van a Kutayan, al Sur de la India para celebrar sus bodas con el Dios y al mismo tiempo su identidad, se visten con las galas de novias sin embargo el Dios-soldado muere y ellas se convierten en viudas cortando pulseras y adornos festivos.
Durante el siglo XVI los Hijras trabajaban desde niñeras hasta Consejeros de Estado del Emperador Mongol; sin embargo tras la ocupación británica de la India y las leyes que castigan la homosexualidad (sodomía) como aquellas que atañen a la moral y las buenas costumbres, han marginado a esta población al mendicidad; sin embargo no hace poco que una de ellas acaba de ser electa alcalde en un pueblo de la India. La gente que la miraba con desconfianza, ahora la ve como una buena servidora pública. Sin embargo la discriminación sigue siendo constante.
Después de ser castrada La Hijra cumple con un último rito: vaciar leche en un arroyo como símbolo de la pérdida de su fertilidad. Los hindúes creen que las Hijras al renunciar a tener hijos propios, tienen facultades para bendecir o maldecir y es por ello que al nacer un niño; las Hijras acuden a festejar el nacimiento con cantos y bendiciones como una larga vida y prosperidad; así como librarlo del mal de ojo. A cambio reciben arroz, azúcar y dinero, si los Hijras consideran poca la cantidad el niño puede sufrir de maldiciones como la impotencia.
Hubo una época en que los Hijras tenían tierras, palacios, templos y sirvientes a su disposición e inspiraban fe y respeto, sin embargo el gobierno británico y su herencia homófoba y misógina no solo les han quitado la dignidad, sino que han evitado reparar el despojo, aduciendo que su estilo de vida es un delito. La marginación y la discriminación a la cual se enfrentan ha provocado no solo que tengan que pedir dinero en cruceros de avenidas, de puerta en puerta o incluso la prostitución.
En la religión Hindú no existe una definición clara de sexos, por ello varios de sus dioses presentan rasgos de uno y de otro que permite la aparición de “un tercer sexo”. Es curioso que una de las acusaciones mas frecuentes sea el ejercicio de la prostitución (lo cual no lo consideran como actividad sexual; sino como trabajo). La mayoría de los hijras renuncian a llevar una vida sexual activa.
Muchos jóvenes llevan a convertirse en hijras pues “han quedado inservibles” al tener relaciones homosexuales en un plan pasivo. Sin embargo no todos los pasivos se convierten en hijras, solo aquellos que les gustaría “ser mujeres” y por ello este comportamiento es el principio de la aceptación en la comunidad. A pesar de la constante negación de la relación entre prostitución, deseo e identidad sexual entre los hijras, algunos han admitido que esto ha sido el centro para haber tomado esta identidad.
El origen divino de los hijras viene de una leyenda de hace mas de 20 mil años en que Krishna al oír un soldado moribundo que se lamentaba de morir soltero, se transformó en doncella y es por eso que los Hijras cada año van a Kutayan, al Sur de la India para celebrar sus bodas con el Dios y al mismo tiempo su identidad, se visten con las galas de novias sin embargo el Dios-soldado muere y ellas se convierten en viudas cortando pulseras y adornos festivos.
Durante el siglo XVI los Hijras trabajaban desde niñeras hasta Consejeros de Estado del Emperador Mongol; sin embargo tras la ocupación británica de la India y las leyes que castigan la homosexualidad (sodomía) como aquellas que atañen a la moral y las buenas costumbres, han marginado a esta población al mendicidad; sin embargo no hace poco que una de ellas acaba de ser electa alcalde en un pueblo de la India. La gente que la miraba con desconfianza, ahora la ve como una buena servidora pública. Sin embargo la discriminación sigue siendo constante.
Después de ser castrada La Hijra cumple con un último rito: vaciar leche en un arroyo como símbolo de la pérdida de su fertilidad. Los hindúes creen que las Hijras al renunciar a tener hijos propios, tienen facultades para bendecir o maldecir y es por ello que al nacer un niño; las Hijras acuden a festejar el nacimiento con cantos y bendiciones como una larga vida y prosperidad; así como librarlo del mal de ojo. A cambio reciben arroz, azúcar y dinero, si los Hijras consideran poca la cantidad el niño puede sufrir de maldiciones como la impotencia.
Hubo una época en que los Hijras tenían tierras, palacios, templos y sirvientes a su disposición e inspiraban fe y respeto, sin embargo el gobierno británico y su herencia homófoba y misógina no solo les han quitado la dignidad, sino que han evitado reparar el despojo, aduciendo que su estilo de vida es un delito. La marginación y la discriminación a la cual se enfrentan ha provocado no solo que tengan que pedir dinero en cruceros de avenidas, de puerta en puerta o incluso la prostitución.
En la religión Hindú no existe una definición clara de sexos, por ello varios de sus dioses presentan rasgos de uno y de otro que permite la aparición de “un tercer sexo”. Es curioso que una de las acusaciones mas frecuentes sea el ejercicio de la prostitución (lo cual no lo consideran como actividad sexual; sino como trabajo). La mayoría de los hijras renuncian a llevar una vida sexual activa.
Muchos jóvenes llevan a convertirse en hijras pues “han quedado inservibles” al tener relaciones homosexuales en un plan pasivo. Sin embargo no todos los pasivos se convierten en hijras, solo aquellos que les gustaría “ser mujeres” y por ello este comportamiento es el principio de la aceptación en la comunidad. A pesar de la constante negación de la relación entre prostitución, deseo e identidad sexual entre los hijras, algunos han admitido que esto ha sido el centro para haber tomado esta identidad.
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