En los últimos años, principalmente desde que Zapatero es Presidente del Gobierno, los españoles recibimos a través de publicaciones y mediante los medios de comunicación, también en el teatro y en el cine, más información sobre la dictadura fascista encabezada por Franco. Nos ha costado, y nos cuesta, cambiar los nombres de las avenidas del “Generalísimo”, calles de José Antonio y en algunos lugares, como he observado en una plaza de un pueblo andaluz, leí en una esquina “Antigua Plaza del General Franco”. Pensé, que el alcalde o la alcaldesa de ese lugar era muy astuto/a.
Libros como “Las fosas de Franco” o películas como “Las trece rosas” ya informan con más claridad sobre aspectos importantes del fascismo. Los que han nacido después de la muerte del dictador apenas se imaginan lo que ocurrió después de la Guerra Civil. Los que hemos nacido en los años cuarenta conocimos todavía muy de cerca las torturas que practicaban los guardias civiles y asistimos a entierros, donde las víctimas habían caído por ajustes de cuentas o por haber sido considerados como “escapados” o “maquis”. Los que hicimos el bachillerato durante el fascismo, tuvimos que cantar a menudo el “Cara al sol” y saludar con la mano extendida, al asistir a las clases de “Formación del Espíritu Nacional”, según las cuales “España es una Unidad de Destino en lo Universal” y el Español (no sé si también la española) es un “Portador de Valores Eternos”. No nos explicaban el significado de estas frases y no sabíamos, si se trataba de la lengua o de los nacidos en nuestro país. Se creó la Constitución Los curas católicos, la Iglesia católica y posiblemente otras religiones han apoyado esta “Educación” oficial, que para muchos de nosotros contrastaba con la que recibíamos de padres democráticos y antifascistas. En el colegio no se hablaba de la democracia de la República Española, ni se contaba, que Franco había dado el golpe de estado apoyado por el capital, contra la clase trabajadora, lo mismo que lo había hecho Hitler y sus nazis contra la República de Weimar. Después de la muerte del dictador asesino y del período de Transición, en el que muchos españoles fueron perdiendo el miedo a la represión fascista y se fueron atreviendo a utilizar la libertad de expresión, se creó la Constitución Española, base formal de la democracia. La libertad religiosa La Constitución nos garantiza, entre otras cosas la libertad religiosa. Sin embargo, políticos de los diversos partidos no son capaces de informar a los ciudadanos sobre el significado de esta libertad de religión y la Iglesia católica sigue disponiendo de un poder que salta todas las reglas constitucionales. Durante la última campaña electoral lo hemos apreciado claramente. La libertad de los homosexuales es otro tema digno de discutir políticamente, lo mismo que la defensa de la familia patriarcal por parte de curas y monjas. Caben las preguntas: ¿Por qué odian los curas tanto a los homosexuales, si una gran parte de ellos también lo son? y ¿Por qué propagan tanto la familia, si ellos siguen manteniéndose solteros y solteras, lo que en los primeros siglos de nuestro tiempo no hacían? Abiertamente y sin violencia “Recordando” la época fascista, vemos que la Iglesia católica apoyó la “Formación del Espíritu Nacional” de los fascistas y ahora, durante la democracia, no quiere apoyar la “Educación para la Ciudadanía” que el Gobierno desea introducir en todos los colegios. Los ciudadanos democráticos y aquellos que por las diversas causas todavía no tienen claro, lo que significan las libertades políticas, lo que nos vale la libertad de expresión, y no tienen claros conocimientos sobre quién dispone del poder económico en una sociedad como la nuestra, deberíamos discutir abiertamente y sin violencia estos temas durante nuestras relaciones sociales. Lo podemos hacer en grupos pequeños o en discusiones o conferencias, en las que respetuosamente se hable, se escuche y se aprenda. Apoyan a los poderosos y al capital Los políticos de derechas no desean, que los ciudadanos discutamos abiertamente. Ellos quieren, que nosotros hagamos lo que ellos nos dicen. Generalmente apoyan a los poderosos y al capital y se encuentran muy protegidos o bien relacionados con la Iglesia católica. Con otras palabras: la derecha y la iglesia se apoyan mutuamente. Al tocar el tema del “Credo y la Ignorancia” hay que diferenciar entre algunos aspectos. Las religiones se crearon para explicar a los seres humanos fenómenos naturales que se desconocían o que sólo conocían aquellos que tenían una cierta formación. La discusión actual entre creacionismo y darvinismo la fomentan aquellos que por un lado les interesa el poder religioso y sus contrarios, que argumentan basándose en los progresos de la ciencia. Los problemas emocionales Los ciudadanos más radicales de la izquierda han llevado a principios del siglo pasado una lucha contra iglesias y religiones, que si bien se basaba en las realidades científicas y naturales, no tenía en cuenta los problemas emocionales de muchos ciudadanos que no disponían de los conocimientos adecuados y por tanto del poder que nos ofrece el saber. Muchos curas católicos aprovecharon, y aprovechan, el confesionario para consolar a la gente en relación con lo que diariamente sufren, con una vida después de la muerte, en que todo será paradisíaco. El voto de pobreza y el voto de castidad son elementos que utilizan en su labor cotidiana. Otros curas católicos utilizan la confesión como una psicoterapia para ayudar a aquellos creyentes que sufren depresiones u otros problemas emocionales y que no tienen posibilidad alguna de recibir ayuda de un psicoterapeuta. Algunos curas se han apartado de la iglesia, se han casado y llevan una vida normal como cualquier ciudadano. “Fe es creer lo que no vimos” “Si no lo veo, no lo creo” se oye varias veces al día. A los que van diariamente a la iglesia el cura les dice, que tengan fe. “Fe es creer lo que no vimos”. Cuando observamos las consultas diarias de los Centros de Salud, notamos, que muchos españoles/as buscamos la ayuda médica sin necesidad alguna. ¿Cierto? Los médicos y enfermeros confirman, que el 70% de los que les visitan diariamente “no tienen nada”. No tienen nada físico, sin embargo, el médico les receta un medicamento que posiblemente no usarán. Pero, tienen problemas emocionales que desconocen y sobre los que no pueden hablar con nadie, porque el médico del Centro de Salud sólo tiene cinco minutos para cada paciente. Teniendo en cuenta la realidad de nuestra sociedad, la Iglesia o las iglesias podrían hacer una labor social, si los curas escuchasen a los creyentes que se acercan a ellos. En la actualidad se trata de personas mayores, ya que los jóvenes, aunque son católicos, no practican la religión. Si aceptase la democracia… Si la iglesia católica aceptase la democracia, podría establecer contactos con políticos y administradores para superar los problemas de los ciudadanos más pobres y para crear una sociedad, en la que las diferencias sociales, culturales y económicas no fuesen tan grandes como lo son en la actualidad en España. Fomentando la cultura y el saber, la Iglesia abandonaría el “credo” y con él la mentira. También haría una crítica al capital y establecería otros criterios como base de la moral, aceptando los instintos sexuales y de agresión que todo el mundo necesita para subsistir y vivir dignamente, sí, dignamente aquí en la tierra, y aceptar que hay ciudadanos que no creen en una vida después de la muerte. Enrique Blanco Cruz es Catedrático de Medicina Social en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Frankfurt (Alemania). Es médico, sociólogo, Licenciado en Políticas y psicoanalista -->
Libros como “Las fosas de Franco” o películas como “Las trece rosas” ya informan con más claridad sobre aspectos importantes del fascismo. Los que han nacido después de la muerte del dictador apenas se imaginan lo que ocurrió después de la Guerra Civil. Los que hemos nacido en los años cuarenta conocimos todavía muy de cerca las torturas que practicaban los guardias civiles y asistimos a entierros, donde las víctimas habían caído por ajustes de cuentas o por haber sido considerados como “escapados” o “maquis”. Los que hicimos el bachillerato durante el fascismo, tuvimos que cantar a menudo el “Cara al sol” y saludar con la mano extendida, al asistir a las clases de “Formación del Espíritu Nacional”, según las cuales “España es una Unidad de Destino en lo Universal” y el Español (no sé si también la española) es un “Portador de Valores Eternos”. No nos explicaban el significado de estas frases y no sabíamos, si se trataba de la lengua o de los nacidos en nuestro país. Se creó la Constitución Los curas católicos, la Iglesia católica y posiblemente otras religiones han apoyado esta “Educación” oficial, que para muchos de nosotros contrastaba con la que recibíamos de padres democráticos y antifascistas. En el colegio no se hablaba de la democracia de la República Española, ni se contaba, que Franco había dado el golpe de estado apoyado por el capital, contra la clase trabajadora, lo mismo que lo había hecho Hitler y sus nazis contra la República de Weimar. Después de la muerte del dictador asesino y del período de Transición, en el que muchos españoles fueron perdiendo el miedo a la represión fascista y se fueron atreviendo a utilizar la libertad de expresión, se creó la Constitución Española, base formal de la democracia. La libertad religiosa La Constitución nos garantiza, entre otras cosas la libertad religiosa. Sin embargo, políticos de los diversos partidos no son capaces de informar a los ciudadanos sobre el significado de esta libertad de religión y la Iglesia católica sigue disponiendo de un poder que salta todas las reglas constitucionales. Durante la última campaña electoral lo hemos apreciado claramente. La libertad de los homosexuales es otro tema digno de discutir políticamente, lo mismo que la defensa de la familia patriarcal por parte de curas y monjas. Caben las preguntas: ¿Por qué odian los curas tanto a los homosexuales, si una gran parte de ellos también lo son? y ¿Por qué propagan tanto la familia, si ellos siguen manteniéndose solteros y solteras, lo que en los primeros siglos de nuestro tiempo no hacían? Abiertamente y sin violencia “Recordando” la época fascista, vemos que la Iglesia católica apoyó la “Formación del Espíritu Nacional” de los fascistas y ahora, durante la democracia, no quiere apoyar la “Educación para la Ciudadanía” que el Gobierno desea introducir en todos los colegios. Los ciudadanos democráticos y aquellos que por las diversas causas todavía no tienen claro, lo que significan las libertades políticas, lo que nos vale la libertad de expresión, y no tienen claros conocimientos sobre quién dispone del poder económico en una sociedad como la nuestra, deberíamos discutir abiertamente y sin violencia estos temas durante nuestras relaciones sociales. Lo podemos hacer en grupos pequeños o en discusiones o conferencias, en las que respetuosamente se hable, se escuche y se aprenda. Apoyan a los poderosos y al capital Los políticos de derechas no desean, que los ciudadanos discutamos abiertamente. Ellos quieren, que nosotros hagamos lo que ellos nos dicen. Generalmente apoyan a los poderosos y al capital y se encuentran muy protegidos o bien relacionados con la Iglesia católica. Con otras palabras: la derecha y la iglesia se apoyan mutuamente. Al tocar el tema del “Credo y la Ignorancia” hay que diferenciar entre algunos aspectos. Las religiones se crearon para explicar a los seres humanos fenómenos naturales que se desconocían o que sólo conocían aquellos que tenían una cierta formación. La discusión actual entre creacionismo y darvinismo la fomentan aquellos que por un lado les interesa el poder religioso y sus contrarios, que argumentan basándose en los progresos de la ciencia. Los problemas emocionales Los ciudadanos más radicales de la izquierda han llevado a principios del siglo pasado una lucha contra iglesias y religiones, que si bien se basaba en las realidades científicas y naturales, no tenía en cuenta los problemas emocionales de muchos ciudadanos que no disponían de los conocimientos adecuados y por tanto del poder que nos ofrece el saber. Muchos curas católicos aprovecharon, y aprovechan, el confesionario para consolar a la gente en relación con lo que diariamente sufren, con una vida después de la muerte, en que todo será paradisíaco. El voto de pobreza y el voto de castidad son elementos que utilizan en su labor cotidiana. Otros curas católicos utilizan la confesión como una psicoterapia para ayudar a aquellos creyentes que sufren depresiones u otros problemas emocionales y que no tienen posibilidad alguna de recibir ayuda de un psicoterapeuta. Algunos curas se han apartado de la iglesia, se han casado y llevan una vida normal como cualquier ciudadano. “Fe es creer lo que no vimos” “Si no lo veo, no lo creo” se oye varias veces al día. A los que van diariamente a la iglesia el cura les dice, que tengan fe. “Fe es creer lo que no vimos”. Cuando observamos las consultas diarias de los Centros de Salud, notamos, que muchos españoles/as buscamos la ayuda médica sin necesidad alguna. ¿Cierto? Los médicos y enfermeros confirman, que el 70% de los que les visitan diariamente “no tienen nada”. No tienen nada físico, sin embargo, el médico les receta un medicamento que posiblemente no usarán. Pero, tienen problemas emocionales que desconocen y sobre los que no pueden hablar con nadie, porque el médico del Centro de Salud sólo tiene cinco minutos para cada paciente. Teniendo en cuenta la realidad de nuestra sociedad, la Iglesia o las iglesias podrían hacer una labor social, si los curas escuchasen a los creyentes que se acercan a ellos. En la actualidad se trata de personas mayores, ya que los jóvenes, aunque son católicos, no practican la religión. Si aceptase la democracia… Si la iglesia católica aceptase la democracia, podría establecer contactos con políticos y administradores para superar los problemas de los ciudadanos más pobres y para crear una sociedad, en la que las diferencias sociales, culturales y económicas no fuesen tan grandes como lo son en la actualidad en España. Fomentando la cultura y el saber, la Iglesia abandonaría el “credo” y con él la mentira. También haría una crítica al capital y establecería otros criterios como base de la moral, aceptando los instintos sexuales y de agresión que todo el mundo necesita para subsistir y vivir dignamente, sí, dignamente aquí en la tierra, y aceptar que hay ciudadanos que no creen en una vida después de la muerte.