miércoles, 26 de marzo de 2008

La homosexualidad masculina fue uno de los grandes temas del arte griego y romano


La homosexualidad y el desnudo masculinos fueron dos de los grandes temas en el arte del mundo griego y romano, algo que cambiaría con la llegada del cristianismo y que se retomaría en el Renacimiento, ha afirmado hoy a Efe Carmen Sánchez, profesora de Arte Clásico de la Universidad Autónoma de Madrid.En Grecia abundaban las imágenes sobre la homosexualidad masculina, "sobre todo tal y como se concebía entonces, que era la relación de un hombre adulto mayor de 30 años con un niño menor de 16 ó 17", ha señalado Sánchez, que esta tarde ofrece en Málaga una conferencia dentro del ciclo "Eros es más", organizado por la Fundación Picasso.Este tipo de relaciones "no sólo estaban bien consideradas socialmente, sino que eran deseables, y los padres buscaban un buen amante para su hijo adolescente, porque cualquiera no valía para ese papel".Mientras, en Roma estas relaciones tenían "un sentido diferente", puesto que no se producían "entre dos hombres libres, sino entre uno libre y un esclavo".Pese a que Grecia y Roma pueden parecer dos culturas desinhibidas en este sentido, se observan cambios entre ambas, ya que los romanos concedieron "un mayor respeto y estatus a la mujer" y se les puede considerar "probablemente como los inventores del amor carnal heterosexual y recíproco".Esta experta ha destacado asimismo el hecho de que la cultura occidental sea la única del mundo que representa a sus hombres con músculos, "un arquetipo poco frecuente en la sociedad".Ello está relacionado también con la homosexualidad en el mundo griego, según Sánchez, que ha explicado que el desnudo masculino se remonta "al menos al siglo VII antes de Cristo y tiene que ver con una cultura de la homosexualidad relacionada con la guerra y con los ejercicios atléticos"."Los atletas empiezan a desnudarse en lugares donde se rinde culto a algún héroe, en un desnudo casi religioso, y esos lugares se convierten después en grandes santuarios de Eros, como Olimpia", por lo que se da la paradoja de atletas completamente desnudos ante miles de espectadores que están vestidos.Por ello, se rendía un auténtico "culto al cuerpo", y es que, para los griegos, "el cuerpo bello, lleno de músculos, encerraba la virtud, y la belleza física encerraba una virtud moral".El desnudo femenino no aparecería hasta el siglo IV antes de Cristo, y cuando lo hizo "era una copia del masculino, porque Aristóteles ya decía que la mujer era un hombre incompleto, un hombre al que le faltaba algo", ha añadido a Efe Sánchez.En el mundo clásico, las representaciones de la homosexualidad masculina "jamás" presentaban escenas de sexo explícito, "sólo la aproximación, el cortejo y la seducción del joven", mientras que en las heterosexuales sí había escenas "totalmente explícitas".En este panorama, el falo llegó a convertirse "en un amuleto en el mundo clásico, que llevaban los niños colgados como cualquier amuleto y que se colocaba en las casas porque alejaba la mala suerte y el mal de ojo".

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