miércoles, 31 de diciembre de 2008

Nueve activistas gays, detenidos en Barcelona en un intenso fin de semana

"No al capitalismo rosa", "ira marica contra el capital"... Pintadas como éstas, amenazas y cristales rotos en el Gayxample; en París, incidentes en Notre Dame y, en Suiza, aprobación en referendum de una ley de parejas (no matrimonio)
"No al capitalismo rosa", "fuck fashion", "ira marica contra el capital", "La ira queer"... estas son las ideas expresadas en el "Gayxample" de Barcelona mediante pintadas, octavillas, carteles y cristales rotos (por ejemplo, en el muy rosa, muy caro y muy prestigioso hotel Axel, centro del turismo homosexual en Barcelona).
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Fueron unas 40 personas, activistas homosexuales de ideología "radical" que dedicaron la madrugada del sábado a vandalizar locales gays y hacer circular su mensaje en octavillas: "No queremos recluirnos en barrios elitistas, clubs y discotecas gays", decía uno de los folletos de los manifestantes. "No queremos un barrio, queremos una ciudad, todas las ciudades, todos los pueblos. Todo el planeta". Tras los destrozos, nueve de ellos han sido detenidos. Y es que los 50 locales dirigidos a público gay concentrados en el barrio del Eixample (más aún, en el cuadrado delimitado por las calles Aragón, Conde de Urgel, Gran Vía y Aribau, el llamado "Gayxample") les parecen poco a los vándalos, y puro pactismo con el consumismo burgués. La Barcelona tripartita, con el alcalde Clos a la cabeza, llevan años esforzándose en convertir la ciudad en el centro del turismo gay europeo. Está la ruta discotequera normal (con sus habitaciones oscuras para tener sexo más o menos fortuito), la ruta de los "leather" (cuero en inglés), de sexo "duro" (pagas suponiendo que el sexo está asegurado, con fiesta Village People y disfraces de bombero y marinero) y la ruta "bear" (de los osos, tipos barbudos, peludos y pachudos, en locales como Ursus Fenix, Bear Factory y el Bearcelona). El regidor de Turismo, Jordi Portabella (ERC), está convencido de que todo esto es muy bueno para la ciudad porque el homosexual es un tipo de turista "con un poder adquisitivo alto que gasta mucho en elementos culturales". El director del atacado Hotel Axel, Grey van Zenden, explicaba recientemente en el diario AVUI que "los gays acostumbran a tener un nivel adquisitivo muy elevado; pocos adoptan hijos y por tanto hablamos de uno o dos personas que prácticamente dedican el sueldo a gastárselo en ocio y caprichos caros".
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En el mismo diario, voces del colectivo gay de la ciudad reconocían que "Barcelona además tiene el aliciente de que es un lugar donde es fácil ligar, y eso se sabe". Es tan fácil, que si las tres rutas básicas no te bastan siempre tienes los menores inmigrantes de la Estación de Sants que en los lavabos hacen "servicios rápidos" por 30 euros. Lo que a la ciudad no le gusta son los gays que gastan poco y rompen cosas. Estos días se han celebrado en Barcelona las Jornadas Queeruption ( http://www.queeruption.org/barcelona/castellano/propaganda.htm ) de activismo gay radical. "Invitamos a todas los queers radicales e ingobernables, o sea todos bolleras, maricas, trans, bi-, tri-, poly- y asexuales, drag-kings 'n queens, sadomasoquistas, locas… todas los que estamos hartas de esta sociedad heterosexista, a venir y participar en el encuentro international Queeruption 8", dice el manifiesto de las Jornadas. Se piensa que algunos de los alborotadores detenidos eran participantes de esta jornada o de una fiesta rave paralela, aunque la organización de Queeruption no ha hecho declaraciones al respecto.

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