Y las editoriales se preguntan... ¿Puede un superhéroe del cómic ser un homosexual?
El mismo día de la victoria de Barack Obama se prohibieron por referéndum los matrimonios entre personas del mismo sexo, aunque estuviesen legalizados durante unos meses en el estado de California.
Con esta polémica, llegó a las librerías estadounidenses la historia de Rawhide Kid, un vaquero Marvel de los años cincuenta, que confesaba su amor por «El llanero solitario». Enseguida se encendió la mecha y las estrellas de Hollywood ejercieron presión sobre el gobernador Arnold Schwazenegger y la situación de los comics se enlazó a la política inevitablemente. Aún así, los estados de Connecticut, Vermont, Nueva Jersey y Nueva Hampshire ya habían legislado antes algún tipo de unión válida para personas del mismo sexo.
Pero antes de que apareciera el primer superhéroe estadounidense gay en los libros de aventuras, las editoriales decidieron hacer prueba con extranjeros que colocaron en un segundo plano. Utilizaron en su empeño, por ejemplo, a «Estrella del norte». Se trataba de un mutante canadiense que vivía muy atormentado y que participó en un grupo terrorista antes de luchar contra los malos. A pesar de ello, las situaciones cotidianas de Metrópolis o Gotham City no han sido tratadas todavía, en este aspecto, en la industria de cómic.
En busca del negocio
Las grandes editoriales tienen una pregunta en mente: ¿puede un superhéroe ser gay?. Existe un debate en torno a la nueva realidad mundial y el mundo del cómic también ha decidido poner las cartas sobre la mesa; eso sí, con un ritmo muy lento.
Marvel y DC, dos de las líneas más conocidas de historietas, han decidido investigar la reacción del público ante la idea de que sus héroes salgan del armario. Están tanteando el terreno pero lo están haciendo lentamente. Hasta la fecha, muy pocos personajes de viñeta han reconocido abiertamente su homosexualidad.
No fueron los pioneros, pero el caso más sonado fue el de Midnighter y Apollo, del grupo especial The Authority. Planeta de Agostini publicó en castellano esta serie protagonizada por un superhéroe del siglo XXI. La trama de la historia estaba basada en los conflictos modernos que tenían los protagonistas en el contexto actual. Esta saga fue todo un éxito de ventas. En ella aparecían dos «personajes espejo» de Superman y Batman, dos superhéroes que en la historia de ficción eran pareja. Ante este hecho, las grandes editoriales comenzaron a pensar que, si los gays triunfaban en el cómic, habría que aprovechar el tirón.
Sebas Martín, uno de los autores estatales de cómic gay más prolíficos, participó el pasado fin de semana en el Expocómic. Lo hizo en una mesa redonda y un taller de dibujo junto a Carlos Pacheco, conocido en la meca del tebeo americano. Martín afirma que «en los cómics antiguos de Bob Kane el hombre murciélago y el chico maravilla ya dormían en la misma habitación, en dos camitas continuas y dentro de la gran mansión de Bruce Wayne». El autor añade que «Marvel y DC hacen experimentos con personajes homosexuales, pero que es algo a nivel comercial, para ver qué tirón tienen entre el aficionado». Así las cosas, por el momento no están saliendo del armario personajes y personajes sin parar.
Cabe destacar que mientras los superhéroes gays han tardado en cobrar protagonismo, el caso de las superheroínas lesbianas no es nada nuevo. Martín opina que «quizá sea porque la homosexualidad femenina contribuye a las fantasías sexuales de los hombres y comercialmente tiene tirada; mientras que la homosexualidad masculina va dirigida al público gay».
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