Sigue en trámite el asilo del transexual argelino
La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) continúa tramitando la solicitud de asilo de un ciudadano argelino por su orientación sexual, según confirman fuentes de esta organización humanitaria. El caso de Mohamed B. saltó a la luz pública el pasado mes de febrero, después de que este diario informara de que una juez de Instrucción de Alicante había ordenado su ingreso en un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) para ejecutar la orden de expulsión que pesaba sobre él desde junio del año anterior.
La magistrada adoptó esta decisión pese a las inclinaciones transexuales del argelino, quien incluso compareció en su presencia vestido como una mujer. Pocos días después, la Subdelegación del Gobierno en la provincia estimaba el escrito de alegaciones presentado por su abogado y resolvía revocar la orden de expulsión al considerar que su ejecución conllevaría «perjuicios graves e irreparables» para el inmigrante.
Mohamed B. quedó inmediatamente en libertad. La presión social -diputados de izquierda y colectivos de homosexuales reclamaron en comunicados y manifestaciones públicas un gesto humanitario- tuvo un papel fundamental para evitar que M.B. fuera devuelto a Argelia, donde podría ser perseguido a causa de su orientación sexual. También ejerció su particular influencia el ambiente preelectoral que vivía el país debido a los comicios generales del mes de marzo siguiente.
La CEAR asumió en su día el caso de Mohamed B. y solicitó el asilo para el interesado en virtud de su orientación sexual, según las fuentes consultadas por este diario. Hay antecedentes, puesto que el Ejecutivo ya concedió el estatus de refugiado a un transexual argelino vecino de Sevilla en octubre del 2007.
La magistrada adoptó esta decisión pese a las inclinaciones transexuales del argelino, quien incluso compareció en su presencia vestido como una mujer. Pocos días después, la Subdelegación del Gobierno en la provincia estimaba el escrito de alegaciones presentado por su abogado y resolvía revocar la orden de expulsión al considerar que su ejecución conllevaría «perjuicios graves e irreparables» para el inmigrante.
Mohamed B. quedó inmediatamente en libertad. La presión social -diputados de izquierda y colectivos de homosexuales reclamaron en comunicados y manifestaciones públicas un gesto humanitario- tuvo un papel fundamental para evitar que M.B. fuera devuelto a Argelia, donde podría ser perseguido a causa de su orientación sexual. También ejerció su particular influencia el ambiente preelectoral que vivía el país debido a los comicios generales del mes de marzo siguiente.
La CEAR asumió en su día el caso de Mohamed B. y solicitó el asilo para el interesado en virtud de su orientación sexual, según las fuentes consultadas por este diario. Hay antecedentes, puesto que el Ejecutivo ya concedió el estatus de refugiado a un transexual argelino vecino de Sevilla en octubre del 2007.
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